Fernando CHECA DOMÍNGUEZ nació el 7 de octubre 1918 en Olmeda de Cobeta (Provincia de Guadalajara).
Fue miembro de la Guardia de Asalto destinado en la zona de Valencia. Durante la Retirada pasó por Vilafranca del Penedès, Ripoll, Camprodon.
El 11 de febrero de 1939, pasó a Francia por Prats-de-Mollo (Pyrénées Orientales). Fue internado en el campo de concentración francés El Barcarès. Allí, se encontró con su primo Sebastián MENA SANZ. Fue allí con quien decide no separarse nunca más. Fueron reclutados en la CTE 89 (Compagnie des Travailleurs Étrangers) para trabajar en la fortificación de la Línea Maginot, CTE integrada en el ejército francés (5° regimiento du génie).
El 21 de junio 1940, cayó prisionero en el frente del Este de Francia. Fueron a pie de Lunéville a Sarreguemines (unos 100 km), y llevados al stalag XI-B en Fallingbostel (Alemania). Allí tuvo el nύmero 41625 como prisionero de guerra.
Mi padre fue deportado al campo de concentración nazi de Mauthausen el 8 de septiembre de 1940. Su número de matrícula en Mauthausen será el 4318, el de su primo Sebastián el 4317, con el famoso triangulo azul (Apatridas) en sus chaquetas de rayas. Su convoy fue destinado al trabajo en la cantera de Mauthausen. Trabajo muy duro como contaba.
Pasó a la cocina del campo el 16 de octubre de 1944. Allí, intentaron ayudar a los demás con la comida, pero lo hacían con riesgo de castigo.
El 5 de mayo de 1945 fue liberado, cuando las tropas aliadas entraron en el campo de concentración de Mauthausen.
Fue repatriado por la Cruz-Roja internacional el 24 de junio de 1945.
De su convoy de 201, sólo sobrevivieron 17 de este infierno.
Llegó a Paris al Hotel Lutetia donde acogían a los deportados, y pasó por varios sanatorios para mejorar su salud tras los casi 5 años en Mauthausen.
Luchó desde Francia para que cayera la dictadura franquista y pensando que podría volver a su querida tierra. ¡ Así no fue !
Fernando se casó con una hija de españoles en 1955 en el pueblo de Penne d’Agenais (Lot-et-Garonne). Entonces, para poder ver a sus padres y hermanas, decidió naturalizarse francés en noviembre del 1967 y renunció a su condición de refugiado político. Le costó mucho tomar esa decisión: Francia era su país de acogida, pero siempre se consideraba español.
Í Era la única manera de volver a su tierra y ver a los suyos sin correr riesgos! Afortunadamente, sólo pudo ver una vez a su padre, que falleció en 1968, tras su primera visita. Su madre fallecería poco después en 1970.
Fernando y su mujer Odette tuvieron un hotel-restaurante de su propiedad en Penne d’Agenais. Él era el Chef de su restaurante.
Tenía como pasiones la historia, la política, la lectura, la escritura, la “Buena Cocina” y la música, en particular, la guitarra.
Quedó en contacto con sus camaradas de Mauthausen con quiénes le era importante intercambiarse y verse.
Le gustaba hablar con la gente, comunicarse. Practicaba el humor hablando, humor que podía usar a veces contando Mauthausen. Seguramente, cierta forma de resiliencia. Su acento español le daba encanto según decían amigos y vecinos.
Le daba mucha importancia a los estudios de sus dos hijos: saber pensar y reflexionar eran las claves para tener una mente crítica. Les transmitió el amor por España y por su querido pueblo.
El 26 de febrero 1992, falleció en Villeneuve-sur-Lot (Francia).
Tuvo una salud frágil, pero una mente muy fuerte.
Texto de Laure CHECA, hija de Fernando CHECA DOMÍNGUEZ